jueves, 10 de marzo de 2011

DESPENALIZAR EL ABORTO, UNA SOLUCIÓN ESTÉRIL






Según un estudio realizado por expertos en Salud Familiar de la Universidad de Chile, legalizar en la Argentina los abortos inducidos contribuiría a incrementar en un 138% la cantidad de procedimientos de este tipo y no se lograrían disminuir los índices de mortalidad materna.

    

Médicos e investigadores chilenos de visita en la Argentina expusieron el miércoles último en la Cámara de Diputados de la Nación los resultados y principales conclusiones de sus investigaciones sobre el número de abortos que se realizan en Chile y en el país cada año y sobre la vinculación entre el aborto y la mortalidad materna.

"La prohibición del aborto inducido para proteger la vida humana por nacer combinada con una estrategia de salud materna que incrementa la atención prenatal y la atención especializada del parto, reduce tanto la mortalidad materna como la magnitud del problema del aborto inducido ilegal en el tiempo", explicaron los autores del estudio Elard Koch, Miguel Bravo y Andrés Carreño, miembros del departamento de Salud Familiar, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Una eventual despenalización del aborto en la Argentina, incrementaría sustancialmente la magnitud de abortos provocados a petición (2,3 veces a los siguientes 10 años y 5,1 veces tras 50 años de legalización o despenalización), estimando que en 2020 los abortos provocados se incrementaran desde 47.636 a 113.586.

"El número de abortos clandestinos informados para la Argentina recientemente está sobreestimado", advirtieron los investigadores chilenos.

Por otra parte, señalaron que el incremento del costo sanitario y el desvío de recursos para cubrir la demanda de abortos a petición traen como consecuencia la reducción de los recursos para incrementar la atención prenatal y obstétrica especializada con un impacto deletéreo sobre la salud materna y neonatal.

Según un informe actual de la Organización Mundial para la Salud (OMS), el 60% de las muertes maternas en Latinoamérica ocurre por hipertensión, hemorragia y obstrucción de la labor del parto, mientras el aborto ocupa el cuarto lugar de las causas, representando sólo 12% del total.

Sin embargo, el aborto ha recibido una desproporcionada atención bajo el argumento que su prohibición en países en vías de desarrollo sería el principal determinante de la alta mortalidad materna, asunción recientemente evaluada en Chile, cuyos resultados contradicen este paradigma.

En la Argentina el aborto está penalizado para proteger la vida del ser humano por nacer, permitiéndose sólo bajo condiciones estrictas y restringidas. Esto ha causado críticas de distintas ONGs nacionales e internacionales, que solicitan al gobierno argentino la despenalización del aborto a fin de reducir las altas cifras de abortos ilegales, que según algunas estimaciones alcanzarían los 466.998 abortos. No obstante, los autores del estudio indicaron que entre los diferentes modelos o métodos estadísticos propuestos para estimar la cantidad de abortos que se realizan en el país algunos carecen de sustento científico.

HIPOTESIS

Para llevar adelante su investigación, Koch y su equipo partieron de dos hipótesis:
1) Las cifras de aborto ilegal informadas en la Argentina están sobreestimadas, en al menos 50% de su magnitud.
2) La despenalización o legalización del aborto inducido incrementa su magnitud como una función del tiempo.

METODOLOGIA

Basados en estadísticas vitales oficiales, los autores del estudio reconstruyeron y analizaron la serie temporal de la razón de mortalidad materna (MMR) entre 1980 y 2009. El número de abortos inducidos fue estimado aplicando dos modelos propuestos por Koch y otros investigadores.

Primero, se utiliza el Modelo de Embarazos Esperados (EPM): basado en las probabilidades biológicas de una concepción viable publicadas por Wilcox en la revista "New England Journal of Medicine", y a partir de datos objetivos como la tasa global de fecundidad (TGF) y la población femenina en edad fértil, se puede estimar el número de embarazos que ocurren cada año en un país.

A la luz de estos nuevos conocimientos, no disponibles cuando otros métodos de estimación de abortos clandestinos fueron propuestos, se puede conocer el total de embarazos esperados, la proporción de embarazos que se interrumpen muy tempranamente en forma espontánea, tanto de forma imperceptible como una pérdida clínicamente evidenciada.

El resto de los embarazos viables, se divide en tres grupos: los que terminan en nacidos vivos, que cada país lleva en sus estadísticas vitales; las muertes fetales, de las cuales también hay registro fiable; y el grupo correspondiente a los abortos inducidos, calculado como el remanente faltante.

El segundo método utilizado menos exacto que el EPM, corresponde a una ecuación lineal relacionada con la TGF con una bondad de ajuste de 95%. Por último, se utiliza un modelo de tipo cuadrático en función del tiempo basado en los datos de 18 países europeos con aborto legal para proyectar la tendencia del número de abortos inducidos en el tiempo si fuera hipotéticamente despenalizado en 2011.

RESULTADOS

Entre 1951 y 2007 la mortalidad por aborto en Chile disminuyó desde 69,51 hasta 1,65 por 100.000 nacidos vivos, lo cual representa una reducción de 97,6%. Después de la prohibición definitiva del aborto terapéutico, la mortalidad materna por esta causa se redujo 87,9% (de 13,72 a 1,65 por 100.000 nacidos vivos).

Actualmente el riesgo de morir por aborto en Chile es menor a 1 en dos millones de mujeres en edad fértil. Aplicando el EPM, se estima que en Chile hay 19.390 abortos inducidos ilegales, mientras en 1957 la cifra se estimó cercana a 200.000 abortos. Esto confirma una reducción paralela de la mortalidad materna por aborto y el problema del aborto inducido ilegal en Chile.

Según datos oficiales de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) argentina, en el período analizado, la mayor MMR se observó en 1980, 70 por 100.000 nacidos vivos; y la menor en 2000: 35 por 100.000 nacidos vivos. A 2009, la MMR disminuyó en forma acumulada 21,4%.

Si bien la MMR se ha reducido en estos últimos 29 años, los datos indican que la Argentina requiere una disminución adicional del 40% para lograr la meta de su plan operativo de salud pública (alcanzar una MMR de 33 por 100.000 nacidos vivos en 2011), propuesto por el Ministerio de Salud de la Nación con el fin de reducir la mortalidad materna en general y por aborto.

Esta meta es potencialmente alcanzable si se incrementa la cobertura de atención prenatal, la atención obstétrica de urgencia y la atención profesional del parto; esta última logró 83,7% de cobertura de los nacidos vivos en 2009, dejando aún un porcentaje importante de pacientes con alto riesgo obstétrico sin acceso a la atención especializada en hospitales, que contrasta con la cobertura de 99,9% observada actualmente en Chile.

En 2009 se produjeron 410 muertes maternas en la Argentina. De acuerdo con el CIE-10, las causas obstétricas directas e indirectas, excluyendo los códigos O00 a O07 (que incluyen los distintos tipos de aborto), constituyeron sus principales causas, alcanzando un 78,7%.

"De los 87 embarazos terminados en aborto, los informes oficiales a los que tuvimos acceso no señalan la proporción correspondiente a abortos inducidos respecto a otros tipos de abortos, especialmente embarazo ectópico, una de las principales causas de urgencia obstétrica", afirmaron los autores.

SOBREESTIMACION

Aplicando el EMP similar al caso chileno, el número de abortos inducidos clandestinos para la Argentina en 2007 se estimó en 47.636, es decir, 9,8 veces menos abortos que la cifra informada por la agencia Human Rights Watch, que se basó en un estudio de Mario y Pantelides. Esta sobreestimación en la magnitud de los abortos inducidos también fue observada cuando se utilizó la misma metodología en México, amplificando 10 veces la cifra de abortos inducidos ilegales.
Utilizando un modelo predictor basado en una ecuación lineal relacionada a la TGF, los abortos inducidos ilegalmente en la Argentina se estiman en un máximo de 68.978. Al considerar esta magnitud, la tasa de incidencia cruda es de 7,12 abortos por 1.000 mujeres en edad fértil, que es menor a la tasa cruda observada en la mayoría de los países europeos con aborto legalizado o despenalizado.

El cociente de aborto por nacido vivo, una medida que permite la comparación entre países, es de 0,098 (es decir, 1 aborto por cada 10,1) para la Argentina, cifra muy cercana al valor de 0,092 estimado para Chile (1 aborto por cada 10,8 nacidos vivos).

Utilizando las estimaciones de aborto de Mario y Pantelides para los 700.792 nacidos vivos informados para la Argentina en 2007, este cociente sería de 0,66 abortos por cada nacido vivo o expresado recíprocamente: en la Argentina ocurriría un aborto por cada 1,5 nacidos vivos; "si esta cifra fuera válida sería el cociente más alto en el mundo (superior a Rumania), algo improbable si pensamos que en los países de la Unión Europea con aborto despenalizado este cociente varía de 1 aborto por cada 1,68 (Rumania) a 1 por cada 6,79 (Grecia) nacidos vivos en el presente", alertaron Koch y su equipo.

"Si hipotéticamente el aborto inducido en la Argentina fuera despenalizado en 2011 -añadieron- proyectamos el escenario para los siguientes 10 años, realizando un ajuste según la tasa de aborto inducido observada en España para el período 1998-2008 en la población femenina en edad fértil (15 a 44 años). Así estimamos que en 2020 los abortos provocados se incrementarán de 47.636 a 113.586 tras su despenalización, es decir que experimentarán un aumento del 138% respecto de los abortos ilegales actuales".

La tendencia en el número de abortos para los siguientes 50 años -siguiendo el promedio de 18 países europeos con aborto legal- indica que en 2060 habría en la Argentina 245.371 abortos inducidos o legales, lo cual significa que los abortos provocados legales se incrementarán en un 415%; en tanto que en Chile, si se despenalizara el aborto, se elevaría desde 19.390 abortos clandestinos a 81.788 abortos provocados legales para 2060.

"Se concluye finalmente que la despenalización del aborto no es una estrategia efectiva para reducir la mortalidad materna y controlar el problema del aborto inducido, pudiendo incluso traer consecuencias deletéreas para la salud materna y neonatal, en especial en países en los que subsisten elevadas tasas de mortalidad materna", finalizaron.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

ustedes no tienen derecho a juzgar no sabenm q situacion estan hoy por hoy y la iglesia niega mucho el aborto pero hay mas violadores curas que personas normal

Anónimo dijo...

ustedes no tienen derecho a juzgar no sabenm q situacion estan hoy por hoy y la iglesia niega mucho el aborto pero hay mas violadores curas que personas normal