sábado, 9 de diciembre de 2017

"LA HOMOSEXUALIDAD ES EL CABALLO DE TROYA PARA INTRODUCIR EL MODELO NEUTRO"

Fue mister gay, tuvo amantes, y un amigo íntimo, transexual al que vió morir con 24 años. Ahora Luca di Tolve está casado y con un hijo y desenmascara el engaño del universo LGTB. Habla sobre sus diez años como homosexual y sobre cómo se reencontró con la heterosexualidad.

Por Pablo González de Castejón

Pocos testimonios se pueden leer hoy en la prensa como el del italiano Luca di Tolve, 46 años, un hombre que ha vivido en dos mundos y que ahora ha publicado su estremecedora experiencia en un libro Yo fui gay (Editorial LibrosLibres). Sólo que en vez de héroe le tachan de malvado porque realizó el camino a la inversa: de homosexual pasó a heterosexual.

Luca fue gay durante diez años, durante los cuales logró cierta notoriedad en el mundillo homosexual italiano al ser nombrado Míster Gay. Pero la muerte de varios de sus amigos, víctimas del sida, e incluso el contagio de VIH que él sufrió, le hizo tratar de buscar la verdad.

Una verdad que encontró también gracias a la religión (experimentó una conversión y se confesó), al cariño y el apoyo de su madre, y que le ha llevado de homosexual a heterosexual, casado y con un hijo. Una verdad que contradice el dogma LGTBI de que se nace homosexual.

Luca habla sin complejos y con conocimiento de causa. Reconoce que lo que cuenta es duro, pero tiene que decirlo porque es la verdad. Este es el testimonio del autor del libro ‘Yo fui gay’, que se acaba de publicar en España:

-¿Qué lleva a un chico a fijarse en los hombres en vez de en las mujeres?

Seguramente el desequilibrio en la familia, la falta en la edad adolescente de la figura del padre. Esto es muy importante porque para un niño la diferencia crea la identidad entre hombre y mujer. Esta no es mi opinión, sino una idea científica pues se ha demostrado que existen neuronas espejo que registran lo que aprenden los niños.

-¿Tan importante es la figura del padre?

Es fundamental el vínculo con la madre pero al cabo de dos o tres años es indispensable la figura paterna para separarse de la madre. El hombre tiene esa necesidad de separación de la madre para no quedar ligado al cordón umbilical. Como decían Adler o Jung, grandes de la psicología, la homosexualidad está causada por una madre muy dominante y un padre ausente.

-Pero hoy en día no siempre se produce el esquema de padre ausente y madre dominante ¿no?


Sí, no es tanto una ausencia física del padre. Los expertos te dicen que el padre tiene un papel fundamental en el crecimiento y sin embargo hoy no tienen habilidades para criar bien a los hijos. Hoy es fácil encontrar a un padre que responda a este modelo porque la masculinidad está cuestionada por la ideología de género y hay un discurso mediático que invita a no ocuparse de su propia masculinidad. El hombre necesita actividades fuera de la rutina porque si no las acaba buscando fuera como la pornografía, las drogas o el juego. Y el feminismo ataca al hombre, la masculinidad, y al final es el hombre quien hace de mujer. 


-Cuenta usted en el libro que después de una ‘noche loca’ con sus amigos gays se despertaba odiándose a sí mismo. ¿Le pasaba lo mismo con amigas heterosexuales?

No, es que no tenía amigas heterosexuales.

-¿Por qué?

Porque en general era una amistad superficial, no llegas a entrar en intimidad con heterosexuales (hombres y mujeres). Hay miedo, baja autoestima. Esta es una de las causas de la atracción por las personas de tu mismo sexo, porque esa intimidad que quería tener la buscaba en los calzoncillos. Pero obviamente no todas las homosexualidades son iguales, hay hombres más masculinos pero que han sufrido abusos y crean una barrera, una máscara que no te permite llegar a la intimidad de las personas. El problema de la homosexualidad no es un problema de sexo sino de relaciones con otros hombres. Es más fácil encerrarse en el mundo femenino que en el masculino, y si te ocupas de los hombres es de forma exclusivamente sexual.

-¿Puede poner un ejemplo?

Muchos homosexuales adoran las figuras femeninas fuertes, no masculinas, como Madonna, Lady Gaga, Cher… Porque ven en ellas un modelo a imitar.

-¿Pero usted era consciente de todo esto? ¿De cómo se cerraba a los heterosexuales?

No, lo descubrí después de mi cambio. Todo eso formaba parte de aquel ambiente de transgresión que viví. Hay quien vivía ese mundo por hacer la gracia y hay quién realmente era así, pero yo no me daba cuenta. Es como cuando la gente que está encerrada en un gueto y termina creando un lenguaje en común, eres así y ya está.

-Si ahora mismo le escuchase un homosexual, ¿este lo negaría todo, como hacía usted entonces?

Dirán que no es verdad, pero si miramos a quienes compran por ejemplo entradas para los conciertos de Lady Gaga o Madonna, hay muchos gays. Si miramos a quienes se dedican al mundo del espectáculo, también. No digo que sea propio de todos los homosexuales, pero sí de una gran mayoría. Es que hay muchos tipos de homosexualidad, según los abusos que hayan sufrido. Pueden tener como figura referencial al hermano, pero rechazarlo también.


Portada del libro de Luca di Tolve ‘Yo fui gay’ / LibrosLibres


-Sus respuestas no se oyen mucho en los medios

Obviamente los medios no cuentan estas cosas y los amigos no ven esta realidad, nos dicen que las familias gays son muy felices, pero la realidad es muy diferente. Es un mundo lleno de abusos. Abuso entendido como algo psicológico, no siempre físico. Como el padre que no quiere al hijo, o la madre que no acude a la llamada del hijo, que se preocupa solo por ella. Hay abuso cuando una madre habla mal del padre, por ejemplo, lo que ocurre mucho en las separaciones. Y en el lesbianismo también, por ejemplo cuando un padre pega a su madre, la hija piensa “a mí nunca me ocurrirá algo así, yo me haré fuerte y masculina”

-Entonces, ante el auge de los divorcios, del feminismo y la caída de la masculinidad… ¿cada vez habrá más homosexuales?

Sí, de hecho lo que estamos haciendo es un abuso. Porque si a los niños los descolocas en el colegio con la ideología de género, obviamente crecerán con problemas de identidad. Si no hay la referencia sana de dos figuras paternas, hombre y mujer, que es el ideal, el hijo no crece sano a nivel emotivo, psicológico. Y ahora es peor que en mi época con los teléfonos, internet… ni siquiera consiguen relacionarse. Existe la voluntad de bajar la percepción intelectual para sustituirla por la emotividad.

-Está claro que existe la homosexualidad, pero ¿existe la persona homosexual?

No, no. La homosexualidad no es una esencia, la persona es una persona. Un hombre y una mujer no son homosexuales. Tienes una latencia de heterosexualidad, que hay quién quiere afrontarlo y quién no.

-¿Por qué ese empeño del lobby LGTB por decir que se nace homosexual?

Para no ser atacados. Ellos tienen comprada a la ciencia y la universidad, porque estas dependen de la política y la política está con ellos. Y si no estás de acuerdo con sus postulados, los políticos no te dan ni un euro para investigar. Todo lo que dice la ciencia sobre la homosexualidad viene de las ONG, de políticos… Ellos dicen que se nace homosexual pero no existe ningún estudio que lo demuestre. Por ejemplo, la Asociación de Pediatría Americana hace años estaba de acuerdo con el psicólogo Joseph Nicolosi (contrario al gen gay y con una consulta de terapia para quienes quieren volver a la heterosexualidad). Pero tras la llegada de Obama a la Casa Blanca cambiaron de parecer y se desdijeron.

-¿Qué aprendió de sus experiencias más duras en esos años, como la muerte de su amigo transexual Belladonna con solo 24 años?


Me ha servido para comprender mejor la situación. Antes de morir me preguntó “¿por qué?” y esa pregunta se quedó grabada en mí. ¿Por qué moría un joven de 24 años en vez de tener un amplio campo de posibilidades, como el resto de chicos de su edad?. Yo vi como poco a poco perdía la vista, la razón, se iba deteriorando… ver morir a un amigo es algo durísimo. Esto me afectó mucho porque éramos vecinos. Pero yo he visto morir a muchísimas personas en los 80, y hoy los datos sanitarios son más alarmantes todavía y no se habla de ello.

-¿Cómo fue su vuelta a la heterosexualidad?

Como muchos yo tuve una experiencia de aniquilación, de fatalismo, pero debo decir que lo que me ha salvado no ha sido solo la fe religiosa, que también, sino el haber buscado la verdad. La verdad que ocultaba el mundillo gay, por ejemplo. Yo era un activista, he trabajado en todos los ambientes homosexuales, y tras las bambalinas me he dado cuenta de que había dinero en juego: el mundo homosexual es el de los consumidores perfectos. Por ejemplo cuando trabajaba en una agencia de viajes que tuve, durante una feria en EEUU dedicada al mundo turístico homosexual, logré llenar un crucero de gente cuando en Italia no lograba reunir a más de 20 personas. Y me contaron que tras ese éxito hay grandes empresas como Ikea o Phillips que impulsan ese tipo de turismo, ya que en el mundo gay se posee más poder adquisitivo por tener dos sueldos de hombres, sin hijos. Buscan sentirse gratificados por ese abrazo paterno o materno que no tienen. Y eso el mundo económico lo entiende.

-El mundo gay también oculta las secuelas de salud que lleva esa vida…

También. Si te fijas no se habla casi de las enfermedades de transmisión sexual en el mundo gay, cuando la relación anal es muy peligrosa para la salud.

-¿Por qué?


Porque es un gran negocio, sobre todo con la introducción del matrimonio gay. La homosexualidad es un pretexto, el caballo de Troya. Al final quieren crear el modelo neutro, porque ya no se quieren tener hijos biológicos, por lo que al final se recurre a la medicina (fecundación in vitro, vientres de alquiler) y hay mucho dinero de por medio.

-¿Cuál es el interés de los políticos al aprobar las leyes del LGTBI? ¿La lucha contra la discriminación?

No, no es por esto, es porque hay un gran negocio económico detrás. Quieren que todo sea libre, prohibido prohibir. Y pronto entrará la pedofilia.

-Pero sí que prohíben a los que protestan contra estas leyes, como el autobús de HO

Está todo permitido excepto lo que hasta hace unos años era lo normal. Y no hablo solo de la homosexualidad, que es lo que más está creciendo, sino también del materialismo, del alcohol, de medicamentos como los ansiolíticos, los tranquilizantes, la pornografía, etc. Además hay una voluntad de hipersexualizar a los niños. Es un intento de definir una nueva ética, de imponer lo que se llama el Nuevo Orden Mundial.

-¿La verdad es peligrosa hoy en día?

Muy peligrosa. Están en juego poderes muy fuertes a nivel económico, que desde hace tiempo en las conferencias de la ONU han mostrado su preocupación por la superpoblación mundial y han convertido a los homosexuales y a los árabes en el nuevo proletariado. Pero los jóvenes no se dan cuenta de las situaciones de crisis que se han creado, se conforman con trabajar y viajar y están distraídos con los móviles y YouTube aún a riesgo de la destrucción de nuestra civilización.


La pornografía se consume principalmente en internet

-¿Cómo se puede luchar contra la ideología de género? La juventud sí que protesta contra Trump

Hay que promover mucho la cultura, hay que luchar muy duramente, porque si tenemos que reconocerle un mérito al lobby LGTB es que han estado muy unidos, han luchado a brazo partido, se lo han trabajado a conciencia. Tenemos que trabajar mucho para comunicar todo esto, no importa que nos persigan como con el autobús, porque poco a poco irá llegando a todo el mundo, porque la verdad entra directamente en el corazón. Tenemos combatir cómo han combatido ellos, protestar por todo, en la escuela…

-¿Pero estos movimientos no son, como dice la prensa, extrema derecha?

Eso es propaganda. No debemos hablar de política sino de cosas reales. De las consecuencias de salud que tiene la vida lgtb… abrir los ojos a la gente. Porque el mecanismo es totalitario, hemos vuelto a una dictadura y hay que desenmascarla.

-Viendo todo esto, ¿no debería la ideología de género caer por su propio peso?

Seguramente caerá, pero tenemos que luchar como en otras épocas cuando se luchaba contra el fascismo, en la II Guerra Mundial. Y si nosotros no intervenimos esto continuará. Si me hubiesen contado esto hace diez no me lo hubiera creído, pero aquí está.

-Si se encontrase hoy con un joven que empezase a experimentar atracción hacia personas del mismo sexo, ¿qué le diría?

Le diría que no escuchara sus propios instintos, que puede parecer que su identidad se basa en esos instintos, que entiendo que son muy fuertes, parecerán muy ideales, que quieres el amor, el bien, pero que cuando se entra en ese mundo se ve la realidad. Que hay que buscar la belleza de uno mismo, y trabajar una relación sana, normal, con otros hombres que sean heterosexuales.


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