sábado, 31 de marzo de 2018

EL DÍA DEL OCULTAMIENTO DE DIOS

Hoy, Sábado Santo, la Iglesia nos invita a permanecer junto al Sepulcro, meditando la Pasión y Muerte del Señor, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección.

Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.

La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.

El Papa Benedicto XVI veneró en mayo de 2010 la Sábana Santa, con la que recubrieron a Cristo en el Sepulcro. Aquel día pronunció un discurso sobre el día de hoy cuya lectura te recomiendo vivamente.

Se puede decir que la Sábana Santa es el icono de este misterio, icono del Sábado Santo. De hecho, es una tela sepulcral, que envolvió el cadáver de un hombre crucificado y que corresponde en todo a lo que nos dicen los Evangelios sobre Jesús, quien, crucificado hacia mediodía, expiró sobre las tres de la tarde. Al caer la noche, dado que era la Parasceve, es decir, la víspera del sábado solemne de Pascua, José de Arimatea, un rico y autorizado miembro del Sanedrín, pidió valientemente a Poncio Pilato que le permitiera sepultar a Jesús en su sepulcro nuevo, que había mandado excavar en la roca a poca distancia del Gólgota. Obtenido el permiso, compró una sábana y, después de bajar el cuerpo de Jesús de la cruz, lo envolvió con aquel lienzo y lo depuso en aquella tumba (cf. Mc 15, 42-46). Así lo refiere el Evangelio de san Marcos y con él concuerdan los demás evangelistas. Desde ese momento, Jesús permaneció en el sepulcro hasta el alba del día después del sábado, y la Sábana Santa de Turín nos ofrece la imagen de cómo era su cuerpo depositado en el sepulcro durante ese tiempo, que cronológicamente fue breve (alrededor de día y medio), pero inmenso, infinito en su valor y significado.

El Sábado Santo es el día del ocultamiento de Dios, como se lee en una antigua homilía: «¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad, porque el Rey duerme (...). Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción a los infiernos» (Homilía sobre el Sábado Santo: PG 43, 439). En el Credo profesamos que Jesucristo «padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos».

Queridos hermanos y hermanas, en nuestro tiempo, especialmente después de atravesar el siglo pasado, la humanidad se ha hecho particularmente sensible al misterio del Sábado Santo. El escondimiento de Dios forma parte de la espiritualidad del hombre contemporáneo, de manera existencial, casi inconsciente, como un vacío en el corazón que ha ido haciéndose cada vez mayor.

Al final del siglo XIX, Nietzsche escribió: «¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!». Esta famosa expresión, si se analiza bien, está tomada casi al pie de la letra de la tradición cristiana; con frecuencia la repetimos en el vía crucis, quizá sin darnos plenamente cuenta de lo que decimos. Después de las dos guerras mundiales, de los lagers y de los gulags, de Hiroshima y Nagasaki, nuestra época se ha convertido cada vez más en un Sábado Santo: la oscuridad de este día interpela a todos los que se interrogan sobre la vida; y de manera especial nos interpela a los creyentes. También nosotros tenemos que afrontar esta oscuridad.

Y, sin embargo, la muerte del Hijo de Dios, de Jesús de Nazaret, tiene un aspecto opuesto, totalmente positivo, fuente de consuelo y de esperanza. El Sábado Santo es la «tierra de nadie» entre la muerte y la resurrección, pero en esta «tierra de nadie» ha entrado Uno, el Único que la ha recorrido con los signos de su Pasión por el hombre: «Passio Christi. Passio hominis». Y la Sábana Santa nos habla exactamente de ese momento, es testigo precisamente de ese intervalo único e irrepetible en la historia de la humanidad y del universo, en el que Dios, en Jesucristo, compartió no sólo nuestro morir, sino también nuestra permanencia en la muerte. La solidaridad más radical.

Desde la oscuridad de la muerte del Hijo de Dios, ha surgido la luz de una nueva esperanza: la luz de la Resurrección.


Gabriel Ariza Rossy

InfoVaticana

7 CONSEJOS PARA VIAJAR CON TU MASCOTA

Si planeas incluir en tu viaje a tu perro o gato, te damos algunos consejos de los expertos para viajar con mascotas y no hacer de esta experiencia algo traumático para tu peludo mejor amigo.

Por Susana Carrasco Merino 

Adoptare, una organización que fomenta la cultura de la adopción de mascotas, te comparte estos consejos:

Anticipa

Si tu mascota nunca ha salido de viaje, lo primero es acostumbrarlo a las condiciones. Comienza por subirlo a un auto con el motor apagado, para que se familiarice con el ambiente y la sensación. Luego, realiza paseos cortos con tu perro a bordo para que asocie estos paseos con algo divertido y no se asuste o estrese al salir a carretera.

Sitios pet friendly

Al buscar tu hospedaje, verifica que el hotel donde te quedarás acepta animales de compañía. No olvides que debes llevar su cama, jaula, accesorios de limpieza, alimento y todo lo necesario para que pueda pasar la noche y dormir sin problemas.

Prepara su maleta


Prepara tu vehículo antes de viajar con mascotas. Esto incluye tener una frazada por si debe dormir en algún momento del trayecto, o si pasarán por una zona fría. Lleva su jaula para mantenerlo seguro en caso de transitar por una carretera donde haya muchos movimientos. Además, lleva toda la comida que necesite durante los días que estarán fuera.

Cuida el transporte

Si no viajas en tu auto, chequea los requisitos que piden en la aerolínea o ruta de autobús que te llevará a tu destino. Debes documentar a tu mascota y presentar su cartilla de vacunación al día, además de llevar su jaula de transporte para el viaje. Toma en cuenta la duración del recorrido, pues no aceptan mascotas para viajes que duren más de 8 horas.

Prepáralo

Para evitar que sufra mareos y vómito, dale de comer varias horas antes de iniciar el viaje. También es recomendable que lo saques a hacer ejercicio antes para que sienta deseos de descansar y esté tranquilo en el viaje.

Identifícalo

Colócale su collar con placa que incluya su nombre y tus datos de contacto, y asegúrate de tener su correa a la mano.

Sácalo a pasear pronto

Una vez que lleguen a su destino, prepara la correa de tu compañero y salgan a explorar el lugar lo más pronto posible. Esto ayudará a que tu mascota se relaje, estire sus músculos y conozca el lugar donde vivirá temporalmente. Mantente cerca, para que se sienta seguro y disfrute su viaje tanto como tú.

SuMedico.com


viernes, 30 de marzo de 2018

EN LA PUERTA DEL TRIDUO SAGRADO, BERGOGLIO DECLARA QUE NO HAY INFIERNO


Con dolor esto debe publicarse para que usted y yo podamos compartir los sufrimientos de Nuestro Señor Jesucristo, traicionado por Judas Iscariote y por Jorge Judas Bergoglio. 

De Rorate@pontifex o @gregburkerome niegan esto? ¿Algún obispo o cardenal tendrá el coraje de exigir que este escándalo argentino impuesto en la Cátedra de Pedro sea llamado a rechazar esta herejía? 

Cobardes, todos ellos! Al diablo con ellos, literalmente.



Scalfari: Su Santidad, en nuestra reunión anterior me dijo que nuestra especie desaparecerá en un momento determinado y que Dios, aún fuera de su fuerza creativa, creará nuevas especies. Nunca me has hablado de las almas que murieron en el pecado e irán al infierno a sufrirlo por la eternidad. Sin embargo, me has hablado de buenas almas, admitidas a la contemplación de Dios. ¿Pero qué hay de las almas malas? ¿Dónde están castigados?

Francisco: "No son castigados, aquellos que se arrepienten obtienen el perdón de Dios y entran en el rango de las almas que lo contemplan, pero aquellos que no se arrepienten y no pueden ser perdonados, desaparecen. No hay infierno, está la desaparición de almas pecaminosas".

 


Apocalipsis 21: 8
8 Pero los cobardes, los incrédulos, los viles, los homicidas, los inmorales, los que practican las artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos serán enviados al lago ardiente de azufre ardiente. Esta es la segunda muerte."

Mateo 25:46
46 "Entonces irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna".

Salmo 9:17

17 Los impíos descienden al reino de los muertos, a todas las naciones que se olvidan de Dios.

2 Tesalonicenses 1: 9
9 Ellos serán castigados con destrucción eterna y excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder

Mateo 13:50
50 y arrójelos al horno ardiente, donde habrá lloro y crujir de dientes.

Hechos 2:27
27 porque no me abandonarás al reino de los muertos, no dejarás que tu santo vea la decadencia.

Marcos 9:43
43 Si tu mano te hace tropezar, córtala. Es mejor para ti entrar en la vida mutilado que con las dos manos ir al infierno, donde el fuego nunca se apaga.

Judas 1: 7
7 De manera similar, Sodoma y Gomorra y las ciudades circundantes se entregaron a la inmoralidad sexual y la perversión. Sirven como un ejemplo de aquellos que sufren el castigo del fuego eterno.

Proverbios 15:24
24 El camino de la vida lleva al prudente para evitar que bajen al reino de los muertos.
 
Proverbios 23:14
14 Castigarlos con la vara y salvarlos de la muerte.

Mateo 13:42
42 Los arrojarán al horno ardiente, donde habrá lloro y crujir de dientes.

Mateo 25:41
41 Entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles".

Apocalipsis 19:20
20 Pero la bestia fue capturada, y con ella el falso profeta que había hecho las señales en su nombre. Con estas señales él había engañado a aquellos que habían recibido la marca de la bestia y adorado su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago ardiente de azufre ardiente.

Proverbios 15:11
11 Muerte y Destrucción están abiertas ante el SEÑOR, ¡cuánto más los corazones humanos!

Mateo 16:19
19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra será desatado en el cielo ".

2 Pedro 2: 4
4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los envió al infierno, poniéndolos en cadenas de tinieblas para ser juzgados.

Apocalipsis 20: 13-14
13 El mar entregó los muertos que estaban en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y cada persona fue juzgada según lo que habían hecho. 14 Entonces la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. El lago de fuego es la segunda muerte.

Mateo 10:28
28 No tengas miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Más bien, teman a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Ezequiel 18:20
20 El que peca es el que morirá. El niño no compartirá la culpa del padre, ni compartirá la culpabilidad del niño. La justicia de los justos les será acreditada, y la maldad de los malvados será acusada contra ellos.

Vox Cantoris


jueves, 29 de marzo de 2018

CONSUMIR ALIMENTOS PROCESADOS, LA PEOR IDEA DEL MUNDO


Un estudio publicado por 'The BMJ' informa de una posible asociación entre la ingesta de alimentos altamente procesados ("ultraprocesados") en la dieta y el cáncer. Se necesita más exploración, pero estos resultados sugieren que el consumo cada vez mayor de alimentos ultraprocesados "puede generar una carga creciente de cáncer en las próximas décadas", advierten los investigadores.

Los alimentos ultraprocesados incluyen productos horneados y refrigerios envasados, bebidas gaseosas, cereales azucarados, comidas preparadas y productos cárnicos reconstituidos, que a menudo contienen altos niveles de azúcar, grasa y sal, pero carecen de vitaminas y fibra. Se cree que representan hasta el 50 por ciento de la ingesta total de energía diaria en varios países desarrollados.


Algunos estudios han relacionado los alimentos ultraprocesados con un mayor riesgo de obesidad, presión arterial alta y niveles de colesterol; pero la evidencia firme que relaciona la ingesta con el riesgo de enfermedad aún es escasa. Por ello, un equipo de investigadores con sede en Francia y Brasil se propuso evaluar las posibles asociaciones entre la ingesta de alimentos ultraprocesados y el riesgo de cáncer general, así como los cánceres de mama, próstata e intestinales (colorrectal).

Sus hallazgos se basan en 104.980 adultos franceses sanos (22 por ciento hombres y 78 por ciento mujeres) con una edad promedio de 43 años que completaron al menos dos cuestionarios dietéticos 'online' de 24 horas, diseñados para medir la ingesta habitual de 3.300 alimentos diferentes.

Los alimentos se agruparon de acuerdo con el grado de procesamiento y los casos de cáncer se identificaron a partir de las declaraciones de los participantes validadas por registros médicos y bases de datos nacionales durante un promedio de cinco años. Se tuvieron en cuenta varios factores de riesgo bien conocidos para el cáncer, como la edad, el sexo, el nivel educativo, los antecedentes familiares de cáncer, el tabaquismo y los niveles de actividad física.


Ligados hasta a un 12 por ciento más de riesgo de cáncer


Los resultados muestran que un aumento del 10 por ciento en la proporción de alimentos ultraprocesados en la dieta se asoció con incrementos del 12 por ciento en el riesgo de cáncer general y del 11 por ciento en el riesgo de cáncer de mama. No se encontró relación significativa para cáncer de próstata y colorrectal.

Pruebas adicionales no encontraron vinculación significativa entre alimentos menos procesados (como vegetales enlatados, quesos y pan recién hecho sin envasar) y riesgo de cáncer, mientras que el consumo de alimentos frescos o mínimamente procesados (frutas, verduras, legumbres, arroz, pasta, huevos, carne, pescado y leche) se asoció con menores riesgos de cáncer general y cáncer de mama.

Se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones firmes sobre la causa y el efecto, y los investigadores señalan algunas limitaciones. Por ejemplo, no pueden descartar una clasificación errónea de alimentos ni garantizar la detección de cada nuevo caso de cáncer; pero la muestra del estudio fue grande y pudieron ajustarse para una variedad de factores potencialmente influyentes.

"Hasta donde sabemos, este estudio es el primero en investigar y resaltar un aumento en el riesgo general y, específicamente, el cáncer de mama asociado con la ingesta de alimentos ultraprocesados", escriben los autores, quienes destacan que es necesario seguir trabajando para comprender mejor los efectos de las distintas etapas del procesamiento.

No obstante, sugieren que las políticas dirigidas a la reformulación de productos, impuestos y restricciones de comercialización de productos ultraprocesados y la promoción de alimentos frescos o mínimamente procesados pueden contribuir a la prevención primaria del cáncer.


Ecoticias



miércoles, 28 de marzo de 2018

BERGOGLIO SE QUEJA POR CRISTIANOS CON "EL ALMA MUERTA" Y EL "CORAZÓN PODRIDO"

La Iglesia Católica, a través de duras declaraciones del papa Francisco, se anticipó a las celebraciones de Semana Santa y a la reflexión acerca de ser un buen o un mal cristiano.


Hoy, miércoles 28 de marzo, el papa Bergoglio manifestó que “un mafioso no puede ser cristiano”. Fue durante su catequesis en la Audiencia General en el Vaticano.

Bergoglio habló de la Semana Santa, y más en concreto, del Triduo pascual. “Pensemos, para no irnos muy lejos de casa, en los considerados cristianos mafiosos: estos de cristiano no tienen nada”, afirmó con contundencia.

“Se dicen cristianos, pero llevan la muerte en el alma. Oremos por ellos”, añadió.

El papa reconoció que “existen falsos cristianos, esos que dicen: ‘Jesús ha resucitado, yo he sido justificado por Jesús y estoy en la vida nueva’, pero después viven una vida corrupta”.

“Y estos cristianos falsos terminarán mal. El cristiano es un pecador, todos lo sabemos, yo lo soy, pero tenemos la seguridad del perdón. El corrupto hace como que es una persona honrada, pero en el fondo tiene su corazón podrido. Y esto es una realidad triste y dolorosa”.

Bergoglio destacó que “la Pascua no termina con la paloma (un dulce típico italiano que se come en este tiempo), con los huevos (de chocolate también tradicionales)”. “Es hermoso, en familia, pero con la Pascua comienza el anuncio a la misión. El anuncio es el centro, es el kerygma, una palabra difícil pero que dice todo”.


Mendoza Post


POR QUÉ EL JUDAÍSMO (Y LUEGO EL CRISTIANISMO) RECHAZARON LA HOMOSEXUALIDAD

Cuando el judaísmo exigió que toda actividad sexual se debía canalizar en el matrimonio, cambió el mundo. La prohibición de la Torá del sexo no marital, simplemente hizo posible la creación de la civilización occidental. 

Por Dennis Prager

Las sociedades que no colocaron límites en torno a la sexualidad se vieron obstaculizadas en su desarrollo. El dominio posterior del mundo occidental se puede atribuir en gran medida a la revolución sexual iniciada por el judaísmo y luego llevada adelante por el cristianismo.

Esta revolución consistió en meter al genio sexual dentro de la botella matrimonial. Aseguró que el sexo ya no dominara la sociedad, aumentó el amor y la sexualidad masculina-femenina (de ese modo creó la posibilidad de amor y erotismo dentro del matrimonio) y comenzó la ardua tarea de elevar el estatus de la mujer.

Probablemente sea imposible para nosotros, que vivimos miles de años después de que el judaísmo haya comenzado este proceso, percibir hasta qué punto el sexo indisciplinado puede dominar la vida del hombre y la vida de la sociedad. En todo el mundo antiguo y hasta en el pasado reciente, en muchas partes del mundo, la sexualidad influyó prácticamente en toda la sociedad.

La sexualidad humana, especialmente la sexualidad masculina, es polimorfa o completamente salvaje (mucho más que la sexualidad animal). Los hombres han tenido relaciones sexuales con mujeres y con hombres, con niñas pequeñas y niños pequeños, con un solo compañero y en grupos grandes, con personas totalmente desconocidas y familiares inmediatos, y con una variedad de animales domesticados. Se han erotizado con objetos inanimados como cuero, zapatos y otras prendas de vestir, con actividades escatológicas, vistiéndose con prendas de mujer, viendo a otros seres humanos siendo torturados, acariciando niños de cualquier sexo, escuchando la voz incorpórea de una mujer (por ejemplo "sexo telefónico"), y por supuesto, mirando imágenes de cuerpos o partes de cuerpos. Hay poco, animado o inanimado, que no haya excitado a algunos hombres. Por supuesto, no todas estas prácticas han sido toleradas por las sociedades -el incesto entre padres e hijos y seducir a la esposa del otro hombre rara vez han sido toleradas-, pero muchas lo han hecho, y todas ilustran lo que no se ha canalizado, o en términos freudianos, lo "no sublimado"

Des-sexualizar a Dios y la religión

Entre las consecuencias del impulso sexual no canalizado está la sexualización de todo, incluida la religión. A menos que el impulso sexual se aproveche de manera apropiada (sin sofocar, lo que conduce a sus propias consecuencias destructivas), la religión superior no podría haberse desarrollado. Por lo tanto, lo primero que hizo el judaísmo fue des-sexualizar a Dios: "En el principio Dios creó los cielos y la tierra" por su voluntad, no a través de ningún comportamiento sexual. Esta fue una ruptura radical con todas las demás religiones y cambió la historia humana. 

Los dioses de prácticamente todas las civilizaciones participan en relaciones sexuales. En el Cercano Oriente, el dios babilonio Ishtar sedujo a un hombre, Gilgamesh, el héroe babilónico. En la religión egipcia, el dios Osiris tuvo relaciones sexuales con su hermana, la diosa Isis, y concibió al dios Horus. En Canaán, El, el dios principal, tuvo relaciones sexuales con Asherah. En la creencia hindú, el dios Krishna era sexualmente activo, había tenido muchas esposas y perseguía a Radha; el dios Samba, hijo de Krishna, sedujo a mujeres y hombres mortales. En las creencias griegas, Zeus se casó con Hera, persiguió a mujeres, secuestró al bello joven, Ganímedes, y se masturbó en otros momentos; Poseidón se casó con Anfitrite, persiguió a Deméter y violaron a Tántalo. En Roma, los dioses persiguieron sexualmente tanto a hombres como a mujeres.

Dada la actividad sexual de los dioses, no es sorprendente que las religiones mismas estuvieran repletas de todas las formas de actividad sexual. En la antigüedad y en otros lugares, las vírgenes eran desfloradas por los sacerdotes antes de entablar relaciones con sus maridos, y la prostitución sagrada o ritual era casi universal. El psiquiatra e historiador sexual Norman Sussman describe la situación así: "Las prostitutas, sirviendo temporal o permanentemente y realizando actividades heterosexuales, homosexuales orales, genitales, bestiales y otras formas de actividades sexuales, dispensan sus favores en nombre del templo". En el antiguo Egipto, Mesopotamia y Canaán, tenía lugar una relación ceremonial anual entre el rey y una sacerdotisa. Las mujeres prostitutas tuvieron relaciones con adoradores masculinos en los santuarios y templos de la antigua Mesopotamia, Fenicia, Chipre, Corinto, Cartago, Sicilia, Egipto, Libia, África Occidental y la India antigua y moderna.

En el antiguo Israel mismo, hubo repetidos intentos de reintroducir la prostitución en el templo, lo que resultó en repetidas guerras judías contra el sexo de culto. La Biblia registra que el rey Asa de Judá "quitó de la tierra a los qdeshim [prostitutas de templo]"; "que su sucesor, Jehosaphat puso fuera de la tierra ... el remanente de los qdeshim que permanecieron en los días de su padre Asa" y que más tarde, el rey Josías, en sus reformas religiosas, "derribó las casas de los qdeshim". En la India ciertos cultos hindúes han requerido relaciones entre monjes y monjas, y las esposas tienen relaciones con sacerdotes que representan al dios. Hasta que se convirtió en ilegal en 1948, cuando la India obtuvo la independencia, los templos hindúes en muchas partes de la India tenían tanto mujeres como niñas prostitutas. En el siglo XIV, los chinos utilizaban ritos religiosos homosexuales tibetanos practicados en la corte de un emperador mongol. En Sri Lanka a lo largo de este siglo, el culto budista a la diosa Pattini ha involucrado a sacerdotes vestidos de mujeres y la consorte de la diosa es simbólicamente castrada.


El judaísmo puso controles a la actividad sexual. Ya no podría dominar la religión y la vida social. Debía ser santificado, lo que en hebreo significa "separado" del mundo y colocado en el hogar, en la cama del esposo y la esposa.

La restricción del comportamiento sexual por parte del judaísmo fue uno de los elementos esenciales que permitieron el progreso de la sociedad. Junto con el monoteísmo ético, la revolución iniciada por la Torá cuando declaró la guerra a las prácticas sexuales del mundo provocó los cambios más trascendentales de la historia.



Inventando la homosexualidad

La naturaleza revolucionaria del judaísmo que prohíbe todas las formas de sexo no marital no fue en ninguna parte más radical, más desafiante para las suposiciones prevalecientes de la humanidad, que con respecto a la homosexualidad. De hecho, se puede decir que el judaísmo inventó la noción de homosexualidad, ya que en el mundo antiguo la sexualidad no estaba dividida entre la heterosexualidad y la homosexualidad. Esa división fue hecha por la Biblia. Antes de la Biblia, el mundo dividía la sexualidad entre el penetrador (activo) y el penetrado (pasivo).

Como escribió Martha Nussbaum, profesora de filosofía en la Universidad Brown, "los antiguos estaban tan preocupados por las preferencias sexuales de las personas como las personas de hoy en día lo están por las preferencias alimentarias de los demás".

Las categorías antiguas en referencia a la experiencia sexual de las personas diferían considerablemente de la nuestra. La distinción central en la moralidad sexual era la distinción entre los roles activo y pasivo. El sexo del objeto pasivo no era en sí mismo moralmente problemático. Los niños y las mujeres a menudo eran tratados de manera intercambiable como objetos de deseo masculino. Lo que era socialmente importante era penetrar en lugar de ser penetrado. El sexo se entendía fundamentalmente no como una interacción, sino como "algo" que se hacía a alguien.

El judaísmo cambió todo esto. Hizo que el "sexo del objeto" sea muy "moralmente problemático" y declaró que nadie es "intercambiable" sexualmente. Y como resultado, se aseguró de que el sexo fuera de hecho una "interacción fundamental" y no simplemente "algo que alguien le hace a algo".

Para apreciar el alcance de la revolución provocada por la prohibición de la homosexualidad por el judaísmo y exigir que toda interacción sexual sea hombre-mujer, primero es necesario apreciar cómo la homosexualidad fue universalmente aceptada, valorada y practicada en todo el mundo.

La única excepción continua fue la civilización judía y mil años más tarde, la civilización cristiana. Además de los judíos, "ninguna de las civilizaciones arcaicas prohibía la homosexualidad per se", señala el Dr. David E. Greenberg. Fue solo el judaísmo que hace unos 3.000 años declaró que la homosexualidad era una conducta equivocada.

Y lo dijo en el lenguaje más poderoso e inequívoco que pudo: "No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer, es una abominación
"; "Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación"

Greenberg, cuya construcción de la homosexualidad es el estudio histórico más exhaustivo jamás escrito, resume la naturaleza omnipresente de la homosexualidad en estas palabras: "Con solo unas pocas excepciones, la homosexualidad masculina no fue ni estigmatizada ni reprimida, siempre que se ajustara a las normas, el género, las edades y estados relativos de los partenaires... Las principales excepciones a esta aceptación parecen haber surgido de dos circunstancias". Ambas circunstancias eran judías.

La verdad bíblica, la Biblia hebrea, en particular la Torá (Los cinco libros de Moisés), ha hecho más para civilizar el mundo que cualquier otro libro o idea en la historia


Es la Biblia hebrea que le dio a la humanidad ideas como un Dios universal, moral y amoroso; obligaciones éticas con este Dios; la necesidad de que la historia avance hacia la redención moral y espiritual; la creencia de que la historia tiene significado y la noción de que la libertad humana y la justicia social son los estados divinamente deseados para todas las personas. Le dio al mundo los Diez Mandamientos, el monoteísmo ético y el concepto de santidad (el objetivo de crear a los seres humanos semejantes a Dios). Por lo tanto, cuando esta Biblia hace fuertes proclamaciones morales, escucho con gran respeto.

Y con respecto a la homosexualidad masculina -la homosexualidad femenina no se menciona- esta Biblia habla en un lenguaje tan claro y directo, ya que no es necesario ser un fundamentalista religioso para ser influenciado por sus puntos de vista. Todo lo que es necesario, es considerarse uno judío o cristiano.

Los judíos o cristianos que toman en serio los puntos de vista de la Biblia sobre la homosexualidad no están obligados a demostrar que no son fundamentalistas o literalistas, y menos aún fanáticos (aunque, por supuesto, hay personas que han usado la Biblia para defender el fanatismo). Por el contrario, aquellos que afirman que la homosexualidad es compatible con el judaísmo o el cristianismo tienen la carga de la prueba para reconciliar este punto de vista con su Biblia. Dados los conceptos inequívocos que se encuentran en la Biblia hacia la homosexualidad, tal reconciliación no es posible. Todo lo que es posible decir es: "Soy consciente de que la Biblia condena la homosexualidad y considero que la Biblia está equivocada". Ese sería un enfoque intelectualmente honesto. Pero este enfoque lleva a otro problema. Si uno elige cuál de los mandatos morales de la Biblia se toma en serio (y la Biblia declara su prohibición de la homosexualidad no solo como una ley, sino como un valor - "es una abominación"), ¿de qué uso moral es la Biblia?

Los defensores de la aceptación religiosa de la homosexualidad responden que si bien la Biblia es moralmente avanzada en algunas áreas, es moralmente regresiva en otras. Su condena de la homosexualidad es un ejemplo, y la Torá que permite la esclavitud es otra. Sin embargo, lejos de ser inmoral, la prohibición de la homosexualidad por parte de la Torá fue una parte importante en la liberación del ser humano de los lazos de la sexualidad desenfrenada y de las mujeres de ser periférica a la vida de los hombres. En cuanto a la esclavitud, aunque la Biblia declara que la homosexualidad es incorrecta, nunca declara que la esclavitud sea buena.

Aquellos que abogan por la aceptación religiosa de la homosexualidad también argumentan que la Biblia prescribe la pena de muerte por una multitud de pecados, incluidos actos aparentemente intrascendentes como recolectar leña en el día de reposo. Por lo tanto, el hecho de que la Torá declare a la homosexualidad como una ofensa capital puede significar que la homosexualidad no es una ofensa más grave que una violación del sábado. Y dado que ya no condenamos a las personas que violan el sábado, ¿por qué seguir condenando a las personas que participan en actos homosexuales?

La respuesta es que la Torá lo convirtió en una ofensa capital. Lo aprendemos por el hecho de que la Biblia hace una declaración moral sobre la homosexualidad. No hace ninguna declaración acerca de recolectar leña en el día de reposo. La Torá usa su término más fuerte de censura, "abominación", para describir la homosexualidad. Es la evaluación moral que la Biblia da a la homosexualidad lo que distingue a la homosexualidad de otras ofensas, capitales u otras. Como el profesor Greenberg, que no revela ninguna inclinación hacia las creencias religiosas, escribe: "Cuando la palabra toevah ("abominación") aparece en la Biblia hebrea, a veces se aplica a la idolatría, la prostitución de culto, la magia o la adivinación, y a veces se usa más en general. Siempre transmite una gran repugnancia".

Además, la Biblia enumera la homosexualidad junto con el sacrificio de niños entre las "abominaciones" practicadas por los pueblos que viven en la tierra a punto de ser conquistada por los judíos. Los dos ciertamente no son moralmente equivalentes, pero ambos caracterizaron un mundo moralmente primitivo que el judaísmo se propuso destruir. Ambos caracterizaron una forma de vida opuesta a la que Dios exigió a los judíos (e incluso la homosexualidad no judía es una de las ofensas sexuales que constituyen una de las "siete leyes de los hijos de Noé" que el judaísmo sostiene que todas las personas deben observar). Finalmente, la Biblia agrega una amenaza única a los judíos si se involucran en la homosexualidad y las otras ofensas de los cananeos: "Si ustedes hacen a La Tierra inmunda, los vomitará a ustedes también, así como está vomitando a la nación que estaba allí antes que ustedes". De nuevo, como señala Greenberg, esta amenaza sugiere que los delitos se consideraron serios.

Elija la vida 

El judaísmo no puede hacer las paces con la homosexualidad porque la homosexualidad niega muchos de los principios más fundamentales del judaísmo. Niega la vida, niega el deseo expreso de Dios de que hombres y mujeres cohabiten y niega la estructura raíz que el judaísmo desea para toda la humanidad, la familia.

Si uno puede hablar de la esencia del judaísmo, está contenido en la declaración de la Torá: "He puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal
"..."escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia". El judaísmo afirma que lo que fortalece la vida, se opone o está separado de lo que representa la muerte. Por lo tanto, un sacerdote judío (cohen) debe preocuparse solo por la vida. Tal vez solo entre las religiones del mundo, el judaísmo prohibió a sus sacerdotes entrar en contacto con los muertos. Para citar algunos otros ejemplos, la carne (muerte) se separa de la leche (vida); la menstruación (muerte) está separada de las relaciones sexuales (vida); los animales carnívoros (muerte) están separados de los vegetarianos, kosher, animales (vida). Esta es probablemente la razón por la cual la Torá yuxtapone el sacrificio de niños con la homosexualidad masculina. Aunque no son moralmente análogos, ambos representan la muerte: uno priva a los niños de la vida, el otro les impide tener vida. Este paralelismo está presente en el Talmud: "El que no participa en la propagación de la raza es como si hubiera derramado sangre".




La primera declaración de Dios sobre el hombre (el ser humano en general, y el varón específicamente) es, "No es bueno que el hombre esté solo". Ahora, presumiblemente, para resolver el problema de la soledad del hombre, Dios podría haber hecho otro hombre o incluso una comunidad de hombres. Pero, en cambio, Dios resolvió la soledad del hombre creando a otra persona, una mujer, no un hombre, no muchas mujeres, no una comunidad de hombres y mujeres. La soledad del hombre no era una función de su no estar con otras personas; era una función de su ser, sin una mujer. Por supuesto, el judaísmo también sostiene que las mujeres necesitan hombres. Pero, tanto la declaración de la Torá como la ley judía han sido más inflexibles sobre el matrimonio de hombres que sobre el matrimonio de mujeres. El judaísmo está preocupado por lo que les sucede a los hombres y a la sociedad cuando los hombres no canalizan sus pasiones hacia el matrimonio. En este sentido, la Torá y el judaísmo fueron muy proféticos: la abrumadora mayoría de los crímenes violentos son cometidos por hombres solteros. Por lo tanto, el celibato masculino, un estado sagrado en muchas religiones, es un pecado en el judaísmo. Para llegar a ser completamente humanos, hombres y mujeres deben unirse. En las palabras de Génesis, "Dios creó al humano... varón y hembra los creó". La unión del hombre y la mujer no es simplemente un ideal encantador, es la esencia de la perspectiva judía de convertirse en humano. Negarlo equivale a negar un propósito primario de la vida.

Pocos judíos necesitan ser informados de la centralidad de la familia en la vida judía. A lo largo de su historia, una de las características más distintivas de los judíos ha sido su compromiso con la vida familiar. Para el judaísmo, la familia, no la nación, no el individuo, debe ser la unidad fundamental, el componente básico de la sociedad. Por lo tanto, cuando Dios bendice a Abraham, él dice: "Por ti serán benditas todas las familias de la tierra".


El enemigo de las mujeres


Otra razón más para la oposición del judaísmo a la homosexualidad es el efecto negativo de la homosexualidad en las mujeres. Uno de los aspectos más notables de la aceptación de la homosexualidad por parte de las sociedades contemporáneas es la falta de protestas por parte de las mujeres y en nombre de ellas. Digo "protesta" porque ciertamente hay mucho llanto silencioso de las mujeres sobre este tema, como se escucha en el lamento frecuente de mujeres solteras al haber tantos hombres solteros pero que son homosexuales. Pero, la principal razón por la que a cualquiera le preocupa la igualdad de las mujeres para preocuparse por la homosexualidad, es la correlación directa entre la prevalencia de la homosexualidad masculina y la relegación de las mujeres a un rol social bajo. La mejora de la condición de la mujer solo ha ocurrido en la civilización occidental, la civilización menos tolerante de la homosexualidad.

En sociedades donde los hombres buscaban hombres por amor y sexo, las mujeres eran relegadas a la periferia de la sociedad. Así, por ejemplo, la antigua Grecia, que elevó la homosexualidad a un ideal, se caracterizó por "una actitud misógina", en palabras de Norman Sussman. La homosexualidad en la antigua Grecia, escribe, "estaba estrechamente vinculada a un concepto idealizado del hombre como el centro de las actividades intelectuales y físicas... Se consideraba que la mujer desempeñaba dos funciones. Como esposa, ella dirigía la casa. Como cortesana, ella satisfizo los deseos sexuales masculinos". La clasicista Eva Keuls describe Atenas en su apogeo de grandeza filosófica y artística como "una sociedad dominada por hombres, que secuestraban a sus esposas e hijas, denigraban el papel femenino en la reproducción, erigían monumentos a los genitales masculinos, tenían sexo con los hijos de sus compañeros..."


En la Francia medieval, cuando los hombres enfatizaban el amor masculino-masculino, "implicaba una correspondiente falta de interés en las mujeres". En la Canción de Roland, una mini-épica francesa dada su forma final a fines del siglo XI o XII, las mujeres aparecen solo como sombrías figuras marginales: "Los signos más profundos de afecto en el poema, así como en otros similares aparecen en el amor del hombre por el hombre..." 

Las mujeres de la sociedad árabe, donde la homosexualidad masculina se ha extendido, permanecen en un estado notablemente bajo en el mundo moderno. Esto puede ser una coincidencia, pero el sentido común sugiere una vinculación. Entonces, también, en la cultura tradicional china, el bajo estado de las mujeres se ha relacionado con la homosexualidad generalizada. Como un médico francés informó desde China en el siglo XIX, "las mujeres chinas eran tan tontas y dóciles que los hombres, como los de la antigua Grecia, buscaban cortesanas y niños".

Si bien el judaísmo tradicional no es tan igualitario como quisieran muchos judíos de fines del siglo XX, fue el judaísmo -mucho por su insistencia en el matrimonio y la familia y su rechazo a la infidelidad y la homosexualidad- lo que inició el proceso de elevación de la condición de la mujer. Mientras otras culturas escribían poesía homoerótica, los judíos escribieron el Cantar de los Cantares, uno de los poemas más bellos que representa el amor sensual masculino-femenino jamás escrito.

Una razón final para oponerse a la homosexualidad es el "estilo de vida" homosexual. Si bien es posible que los homosexuales varones vivan vidas de fidelidad comparables a las de los hombres heterosexuales, por lo general, no es el caso. Mientras que la lesbiana típica ha tenido al menos diez "amantes", el típico homosexual masculino en Estados Unidos ha tenido más de 500 parejas sexuales.



En general, ni los homosexuales ni los heterosexuales se enfrentan al hecho de que es ese estilo de vida homosexual masculino, más que el acto homosexual específico, lo que molesta a la mayoría de las personas. Esta es probablemente la razón por la que se presta menos atención a la homosexualidad femenina. Cuando la sexualidad masculina no se controla, las consecuencias son considerablemente más destructivas que cuando la sexualidad femenina no se controla. Los hombres violan. Las mujeres no. Los hombres, no las mujeres, se involucran en fetiches. Los hombres son consumidos con más frecuencia por su deseo sexual y deambulan de una pareja sexual a otra. Los hombres, no las mujeres, son sexualmente sádicos. El sexo indiscriminado que caracteriza a gran parte de la vida homosexual masculina representa la antítesis del objetivo del judaísmo de elevar la vida humana del animal a lo divino.


El judaísmo
tiene un ideal sexual conyugal


Todas las demás formas de comportamiento sexual, aunque no son igualmente incorrectas, se desvían de ese ideal. Cuanto más se desvían, más fuerte es la antipatía del judaísmo ante ese comportamiento. Por lo tanto, hay diversos grados de errores sexuales. Hay, podría decirse, un continuo de errores que va desde el sexo premarital hasta el celibato, el adulterio y la homosexualidad, el incesto y la bestialidad. Podemos entender mejor por qué el judaísmo rechaza la homosexualidad si comprendemos primero sus actitudes hacia estas otras prácticas inaceptables. Por ejemplo, el judaísmo normativo rechaza enérgicamente la afirmación de que nunca casarse es un estilo de vida igualmente válido que el matrimonio. El judaísmo declara que una vida sin casarse es una vida menos santa, menos completa y menos judía. Por lo tanto, solo a un hombre casado se le permitía ser sumo sacerdote, y solo un hombre que tenía hijos podía sentarse como juez en la corte suprema judía, el Sanedrín. Para decirlo en términos modernos, mientras que un rabino soltero puede ser el líder espiritual de una congregación, sería despedido por casi cualquier congregación si argumentara públicamente que permanecer soltero era una forma de vida tan judíamente válida como el matrimonio. A pesar de todo esto, ningún judío podría argumentar que los judíos solos deben ser excluidos de la vida comunitaria judía. Los judíos solteros deben ser amados e incluidos en la vida familiar, social y religiosa de los judíos.

Estas actitudes de no casarse deberían ayudar a clarificar la actitud del judaísmo hacia la homosexualidad. Primero, la homosexualidad contradice el ideal judío. En segundo lugar, no se puede considerar que sea igualmente válido. En tercer lugar, aquellos que se han comprometido públicamente con él no pueden servir como modelos públicos judíos. Pero cuarto, los homosexuales deben ser incluidos en la vida comunitaria judía y ser amados como seres humanos y como judíos. Aún así, no se puede abrir la puerta judía al sexo no matrimonial. Por una vez, uno argumenta que si cualquier forma de comportamiento sexual no conyugal es el equivalente moral del sexo conyugal, la puerta se abre a todas las demás formas de expresión sexual. Si la actividad homosexual consensual es válida, ¿por qué no el incesto consensual entre adultos? ¿Por qué el sexo entre un hermano y una hermana adultos es más objetable que el sexo entre dos hombres adultos? Si una pareja está de acuerdo, ¿por qué no permitir el adulterio consentido? Una vez que se valida el sexo no conyugal, ¿cómo podemos dibujar una línea? ¿Por qué la liberación gay no debería seguir a la liberación del incesto?

Aceptar la homosexualidad como el equivalente social, moral o religioso de la heterosexualidad constituiría el primer asalto moderno a la batalla duramente ganada, milenaria, por una sociedad basada en la familia, sexualmente monógama. Si bien se lo etiqueta como "progreso", la aceptación de la homosexualidad no sería nueva en absoluto.

Nuevamente, los ideales sexuales del judaísmo, especialmente su oposición a la homosexualidad, hicieron a los judíos diferentes desde los tiempos más remotos hasta el presente. Ya en el siglo II aC, los escritores judíos estaban notando las grandes diferencias entre la vida sexual y familiar judía y la de sus vecinos no judíos. En los oráculos de Syballine , escritos por un judío egipcio probablemente entre 163 y 45 a. C., el autor comparó a los judíos con las otras naciones: los judíos "son conscientes del matrimonio sagrado y no tienen relaciones impías con niños, como lo hacen los fenicios, egipcios y romanos, Grecia y muchas naciones de otros, persas y gálatas y toda Asia".

Y en nuestros tiempos, el historiador de sexo Amo Karlen escribió que, según el investigador sexual Alfred Kinsey, "la homosexualidad era extraordinariamente rara entre los judíos ortodoxos".

Preguntas morales y psicológicas

A todos los argumentos ofrecidos contra la homosexualidad, la respuesta más frecuente es: "los homosexuales no tienen otra opción". Para muchas personas, esta afirmación es tan emocionalmente poderosa que no parece necesario reflexionar más. ¿Cómo podemos oponernos a las acciones que las personas no han elegido? La pregunta es mucho más instructiva cuando se plantea de una manera más específica: ¿La homosexualidad está biológicamente programada desde el nacimiento o es inducida social y psicológicamente? Claramente, no hay una sola respuesta que explique la problemática de todos los homosexuales. Lo que se puede decir con certeza es que algunos homosexuales se iniciaron a lo largo de ese camino en la primera infancia y que, la mayoría de los homosexuales, habiendo tenido sexo con ambos sexos, han elegido la homosexualidad junto con, o con preferencia a la heterosexualidad.

Podemos decir "elegido" porque muchos hombres homosexuales han tenido relaciones sexuales con mujeres. Un estudio de cuatro años de 128 hombres homosexuales realizado por un profesor de psicología de UCLA reveló que "más del 92 por ciento de los hombres homosexuales habían salido con una mujer en algún momento, dos tercios tuvieron relaciones sexuales con una mujer". A partir de ahora, la única teoría que podemos descartar es que los homosexuales están biológicamente programados para ser homosexuales. A pesar de un comprensible gran deseo por parte de muchos de probarlo (y mi propia inclinación a creerlo), simplemente no hay evidencia de que la homosexualidad esté determinada biológicamente. Por supuesto, uno podría argumentar que la homosexualidad está determinada biológicamente, pero que la sociedad, si la suprime lo suficiente, hará que la mayoría de los homosexuales suprima su homosexualidad. Sin embargo, si este argumento es cierto, si la sociedad puede reprimir con éxito las inclinaciones homosexuales, puede llevar a una de dos conclusiones: que la sociedad debería hacerlo por sí misma, o que la sociedad no debería hacerlo por el bien del individuo.

Una vez más volvemos a la cuestión de los valores. Se podría argumentar que las personas son naturalmente (es decir, biológicamente) bisexuales (y dados los datos que he visto sobre la sexualidad humana, esto bien podría ser cierto). Irónicamente, sin embargo, si esto es cierto, el argumento de que se elige la homosexualidad se fortalece, no se debilita. Porque si todos tenemos tendencias bisexuales, y la mayoría de nosotros reprime con éxito nuestros impulsos homosexuales, entonces obviamente la homosexualidad con frecuencia es superable. Y una vez más volvemos a nuestra pregunta original sobre qué sociedad sexual ideal se debería fomentar: el sexo conyugal o homosexual-heterosexual.

Yo concluyo:

(1) La homosexualidad puede ser inducida biológicamente (aunque no existe evidencia de esto), pero ciertamente está psicológicamente arraigada (quizás indeleblemente) a una edad muy temprana en algunos casos. Presumiblemente, estas personas siempre han tenido deseos sexuales solo para su propio sexo.Históricamente hablando, parecen constituir una minoría entre los homosexuales.

(2) En muchos casos, la homosexualidad parece no estar indeleblemente arraigada.Estas personas han gravitado hacia la homosexualidad a partir de experiencias heterosexuales, o han sido siempre bisexuales, o viven en una sociedad que fomenta la homosexualidad. Como Greenberg, que es muy comprensivo con la liberación gay y escribe: "Los biólogos que ven la mayoría de los rasgos heredados y los psicólogos que piensan que las preferencias sexuales se determinan en gran medida en la primera infancia pueden prestar poca atención a las experiencias de personas homosexuales".

(3) Por lo tanto, la evidencia lleva abrumadoramente a esta conclusión: en términos generales, es la sociedad, no el individuo, la que elige si la homosexualidad será ampliamente practicada. Los valores de una sociedad, mucho más que las tendencias individuales, determinan el alcance de la homosexualidad en esa sociedad. Por lo tanto, podemos tener una gran simpatía por el individuo exclusivamente homosexual, mientras que nos oponemos fuertemente a la aceptación social de la homosexualidad. De esta manera, conservamos nuestros corazones y nuestros valores.

¿Es la homosexualidad una enfermedad?


La sociedad, en resumen, puede considerar que la homosexualidad es correcta o incorrecta, ya sea que se elija o no. La sociedad también puede considerar la homosexualidad normal o enferma, ya sea que se elija o no.

Aunque el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, no pensó que, en sí mismo, la homosexualidad significaba que una persona estaba enferma, de acuerdo con sus estándares de desarrollo psicosexual, consideraba que la homosexualidad era un desarrollo detenido. Pero hasta 1973, la psiquiatría sí consideraba la homosexualidad como una enfermedad. Para citar uno de los innumerables ejemplos, el Dr. Leo Rangell, un psicoanalista, escribió que "nunca había visto a un hombre homosexual que tampoco tuviera fobia a la vagina".

En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA son sus siglas en inglés) eliminó la homosexualidad de su lista oficial de enfermedades mentales en su Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Psiquiátricos 
y los activistas homosexuales han usado esto como un arma principal en su batalla por la aceptación social de la homosexualidad. Pero, por muchas razones, la decisión de la APA no ha resuelto la cuestión de si la homosexualidad es una enfermedad, y la pregunta puede no ser resuelta. 


Dado el historial moral y crítico de la psiquiatría, especialmente desde la década de 1960, todo lo que se puede concluir de la decisión de la APA de eliminar la homosexualidad de su lista de enfermedades es que, si bien pudo haber sido correcto, la psiquiatría organizada nos ha dado pocas razones para confiar en su juicio sobre cuestiones cargadas políticamente. Por estas razones, el hecho de que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría ya no etiquete a la homosexualidad como una enfermedad no debe persuadir a nadie de que no lo es. Dada la naturaleza subjetiva del término "enfermedad mental", dado el poder de los activistas homosexuales, y teniendo en cuenta las opiniones políticas de los líderes de la APA (en oposición a la mayoría de sus miembros), el voto de la asociación no significa nada para muchos observadores.

Si las presiones sociales obligaron a los psiquiatras en el pasado a etiquetar la homosexualidad como una enfermedad, ¿cómo podemos estar seguros de que las presiones sociales en nuestro tiempo no las han obligado a etiquetarlas como normales? ¿Los psiquiatras actuales están menos influenciados por las presiones sociales que sus predecesores? Lo dudo. Entonces, dejando de lado la ambivalencia de la psiquiatría sobre la homosexualidad, formulemos la pregunta de esta manera: Suponiendo que sea algo normal, "¿es normal que un hombre sea incapaz de hacer el amor con una mujer?"

Presumiblemente, solo hay tres respuestas posibles:

1) La mayoría de los homosexuales pueden hacerle el amor a una mujer, pero consideran que ese acto es repulsivo o simplemente prefieren tener sexo con los hombres.

2) Sí, es normal que sean incapaces.

3) No, no es normal que sean incapaces.

1) Si se ofrece la primera respuesta, entonces tenemos que reconocer que el homosexual ha elegido su homosexualidad. Y luego podemos preguntar si alguien que elige tener relaciones con el mismo sexo en lugar del sexo opuesto ha tomado esta decisión desde una base psicológicamente sana.

2) Si se ofrece la segunda respuesta, cada uno de nosotros puede evaluar esta respuesta por sí mismo. Yo, por mi parte, no creo que la incapacidad de un hombre para hacerle el amor a una mujer pueda calificarse de normal. Mientras que un hombre así puede ser un ser humano saludable y bueno en cualquier otra área de la vida, y posiblemente más bondadoso, trabajador y ético que muchos heterosexuales, en esta área no se le puede llamar normal. Y la razón para considerar la homosexualidad anormal no es su condición de minoría. Incluso si la mayoría de los hombres se volviera incapaz de hacer el amor con las mujeres, todavía no sería normal. Los hombres están diseñados para hacer el amor a las mujeres, y viceversa. El ojo proporciona una analogía apropiada: si la mayoría de la población queda ciega, la ceguera aún sería anormal. El ojo fue diseñado para ver.

3) Es por eso que elijo la tercera respuesta: que la homosexualidad no es saludable. Sin embargo, esto se dice con el entendimiento de que, en el ámbito psicológico, la "enfermedad" puede ser una descripción de los propios valores en lugar de la ciencia objetiva (que simplemente no puede existir en esta área).

Hombre y mujer los creó

En un mundo que dividía la sexualidad humana entre penetradores y penetrados, el judaísmo decía: "Estás equivocado, la sexualidad se divide entre hombres y mujeres". Para un mundo que veía a las mujeres como productoras de bebés indignas de lo romántico y atención sexual, el judaísmo dijo "Estás equivocado, las mujeres deben ser el único foco del amor erótico de los hombres". Para un mundo que decía que los sentimientos sensuales y la belleza física eran los bienes supremos de la vida, el judaísmo decía: "Estás equivocado, la ética y la santidad son los bienes supremos". Mil años antes de que los emperadores romanos mantuvieran a niños desnudos, a los reyes judíos se les ordenó que escribieran y guardaran una Torá sefer, un libro de la Torá.

En toda mi investigación sobre este tema, nada me conmovió más que en la ley talmúdica a los judíos se les prohibía vender esclavos u ovejas a no judíos, para que los no judíos se involucraran en la homosexualidad y la bestialidad. Ese fue el mundo en el que los rabinos escribieron el Talmud, y en el cual, antes, se escribió la Biblia. Cuando me preguntaron cuál es la revelación más grande que he obtenido de todas mis investigaciones, siempre respondo: "Que tuvo que haber revelación divina para producir la Torá". La Torá era simplemente demasiado diferente del resto del mundo.

La creación de la civilización occidental ha sido una cosa terriblemente difícil y única. Se requirió un retraso constante de la gratificación y una recanalización de los instintos naturales; y estas disciplinas no siempre han sido bien recibidas. Ha habido numerosos intentos de deshacer la civilización judeocristiana, no pocas veces por los judíos (a través de la política radical) y los cristianos (a través del antisemitismo).

La piedra angular de esta civilización y de la vida judía ha sido la centralidad y la pureza de la vida familiar. Pero la familia no es una unidad natural sino un valor que debe cultivarse y protegerse. Los griegos atacaron a la familia en nombre de la belleza y Eros. Los marxistas atacaron a la familia en nombre del progreso. Y hoy, la liberación gay lo ataca en nombre de la compasión y la igualdad. Entiendo por qué los gays hacen esto. La vida ha sido miserable para muchos de ellos. Lo que no entiendo es por qué judíos y cristianos se unirían a este ataque. Ellos saben lo que está en juego. Lo que está en juego es nuestra civilización.

En la facultad, los estudiantes radicales de la Universidad de Stanford corearon: "Oye, hola, ho, ho, la civilización occidental tiene que irse", se referían a mucho más que el plan de estudios de su universidad. Y nadie está cantando esa canción con más fuerza que aquellos que creen que el comportamiento sexual no juega un papel en la construcción o erosión de la civilización.

La aceptación de la homosexualidad como igual al amor conyugal heterosexual significa el declive de la civilización occidental, así como el rechazo a la homosexualidad y otras relaciones sexuales no maritales hicieron posible la creación de esta civilización.


Dennis Prager (nacido en 1948) es un presentador de programa de radio americano sindicado, columnista sindicado, autor y orador público.

Nota del editor: El siguiente ensayo de Dennis Prager apareció por primera vez en la edición impresa de septiembre de 1993 de Crisis Magazine .


Traducción Cris Yozia

LA LIBERTAD MODERNA, UNA CRUEL PARODIA DE LA LIBERTAD CRISTIANA


El liberalismo usa las mismas técnicas narrativas y el mismo lenguaje que el cristianismo pero sirve a la muerte en vez de servir a la vida.


Por Paul Krause


A medida que la Pascua se acerca, la importancia de la encarnación, la muerte y la resurrección de Cristo debe magnificarse para cada cristiano. Los cristianos no deben olvidar el mensaje subyacente de la historia de Pascua: la libertad ganada en la muerte y resurrección de Cristo. Porque esta es una de las dos principales historias que compiten entre sí en la modernidad, y una que a la modernidad le gustaría silenciar para siempre.

La pregunta perenne de "qué es la libertad" tiende a dominar los titulares hoy. ¿Quién amenaza la libertad? ¿Cómo aumentamos la libertad? ¿Por qué deberíamos salvaguardar la libertad?. A los estadounidenses, especialmente, les gusta pensar que viven en la tierra de la libertad; esa nación especialmente destinada a enseñar al mundo los valores universales de libertad mientras disipa la superstición y la opresión.


Libertad viene de la palabra latina liber, que significa "la libre". Pero a menudo la gente no reconoce la implicación más profunda de la libertad desde sus raíces latinas. Liber era el dios romano de la fertilidad. Las concepciones antiguas de la libertad entre los filósofos se mueven en varias direcciones, pero uno de los principales aspectos de las doctrinas clásicas de la libertad, es que la libertad se asocia con la idea del florecimiento y la realización ontológicas. La libertad lleva a florecer, lleva a la vida. Esto tiene sentido dado que la raíz de la palabra libertad se asocia con el dios romano de la fertilidad.

En la Biblia, Dios les presenta a los israelitas los caminos de la vida y la muerte y les dice que elijan la vida. Que Dios le diga a los israelitas que elijan la vida por encima de la muerte todavía significa que los israelitas podrían elegir la muerte; y a menudo lo hicieron tal como lo hacen hoy en día. La vida, me atrevo a discutir, es el tema central que se extiende por todo el corpus bíblico. Dios habla de la vida y la existencia. Dios nos presenta los caminos de la vida y la muerte. Dios bendice la vida y ordena que la vida sea fructífera y se multiplique, una vez más invocando el lenguaje y la imaginería de la fertilidad como un componente integral de lo que significa "ser libre". Y Cristo, por supuesto, es aquel en quien toda vida -esto es libertad- es encontrado. Cristo es la luz y la vida del mundo. En él, todos están libres de la muerte.

Al liberalismo le gusta presentarse como la filosofía de la libertad (y la única filosofía de la libertad). Pero, ¿qué es exactamente esta libertad de la que hablan los liberales? No es más que la elección de la muerte en lugar de la vida. Si es así, ¿es realmente una filosofía de libertad?

Thomas Hobbes definió la libertad como la "ausencia de oposición". Por ausencia de oposición, se refiere a la ausencia de "impedimentos externos de movimiento". Esta es la definición de libertad con la que estamos más familiarizados: Elección interminable y poder de acción (la acción es movimiento) 

¿Quién tiene derecho a decirme cómo actuar y qué hacer? Por supuesto, las implicaciones lógicas de la idea liberal de libertad son peligrosamente consecuentes para aquellos que entienden lo que conlleva la ausencia de impedimentos externos de movimiento y elección.

La gente se queja del fenómeno del "liberalismo liberal" pero no existe el "liberalismo liberal". El "liberalismo antiliberal" es la misma lógica del liberalismo llegando a su final. Si la libertad es la ausencia de oposición como definió Hobbes, entonces todo lo que sirva como barrera para la libre elección y acciones de movimiento tendrá que ser erradicado para que la libertad alcance su máxima expresión.

La comunidad es una barrera a la libertad. La ley es una barrera a la libertad. Las naciones son barreras a la libertad. La religión es una barrera a la libertad. Y sí, incluso la naturaleza y la biología son barreras a la libertad.

El liberalismo, entonces, es una filosofía de conquista debido a sus falsos primeros principios que lo fuerzan a confrontar la Sabiduría del orden de la creación. El liberalismo se esfuerza por destruir, erradicar, eliminar todas las barreras que restringen la elección y la acción humanas. El orden creado que nos constriñe debe ser destruido para que seamos verdaderamente libres en el programa liberal. No importa si las elecciones y acciones de uno son dañinas y provocan la propia muerte: ¡esta es la carga y el precio de la libertad! 

El liberalismo ha sido muy exitoso a través de su proceso de alienación y atomización para romper los lazos de la comunidad y relegar la religión como una mera "elección" en la vida. Al dejar a un lado la religión como una mera elección, el liberalismo ha destruido efectivamente la religión como una fuerza de unidad y creencia común. De manera similar a las observaciones de Richard John Neuhaus en The Naked Public Square, la eliminación del liberalismo de la religión de la vida pública a la vida privada sirve para eliminar la religión como una fuerza de oposición. La ausencia de religión es realmente la devolución de la vida humana a la vida desnuda, o la vida animal.

¿Por qué seguir la ley cuando la ley es una barrera para la elección y el movimiento humano? ¿Por qué estar apegados a las naciones cuando las naciones son barreras para la elección humana y especialmente para el movimiento? Además, la naturaleza debe ser destruida (o ignorada) para lograr la "libertad". Esta es la razón por la cual el derecho a matar a un niño es una parte tan sagrada del credo liberal. La oposición al aborto, humano o institucional, es un impedimento para la elección y la acción libre. Esto, sin embargo, muestra por qué el liberalismo realmente se acerca a la muerte en lugar de acercarse a la vida: cada vez que la vida está en juego, el liberalismo negará la vida por preferencia a la elección (de la muerte). El derecho a elegir la muerte es mayor que elegir la vida.

Por lo tanto, la frontera final para la conquista del liberalismo es la naturaleza humana. Esa misma naturaleza humana que Cristo restauró en su encarnación, muerte y resurrección para dar vida a la humanidad. Esa naturaleza finalmente puede ser libre y florecer gracias a Cristo.



La historia cristiana se opone a la historia de la modernidad, o más precisamente la historia de la modernidad es una parodia deformada de la historia cristiana. La historia cristiana trata sobre cómo la libertad es vida y la vida es libertad. La historia de la modernidad, al igual que la incapacidad de Satanás para crear majestuosamente, pero solo corromper y deformar, no es más que una cruda y cruel parodia de la verdadera libertad. La historia de la modernidad, al igual que Satanás es el príncipe del engaño, tiene que ver con el engaño. El liberalismo usa las mismas técnicas narrativas y el mismo lenguaje que el cristianismo pero sirve a la muerte en vez de servir a la vida. El liberalismo llama a este movimiento a favor de la muerte de lo que realmente se trata la "vida" (libertad). En lugar de vida y libertad, la modernidad -utilizando ese mismo lenguaje- tiene que ver con la muerte y la esclavitud.

La historia del cristianismo es la de la redención de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad y a deambular por la plenitud; de la oscuridad que había en el mundo y que la Luz (Cristo) vino para liberarlo de la esclavitud de la muerte. El liberalismo cuenta la misma historia exacta pero como una inversión cruel del evangelio cristiano. Como todos sabemos, especialmente en el mundo de habla inglesa gracias a los Whigs, una vez vivimos en una "era oscura" que ahora lentamente se disipa por la luz del progreso y el triunfo de la libertad sobre la esclavitud con nuestros deseos finalmente pudiendo ser cumplidos en una elección sin fin. ¡La salvación está justo en el horizonte!

El impulso para continuar marginando al cristianismo en la inexistencia, es el impulso para eliminar el cristianismo como un impedimento de oposición al sueño del liberalismo: la consumación de la muerte escrita en gran medida (en nombre de la libertad, por supuesto). 

El liberalismo debe amordazar y eliminar el cristianismo porque el cristianismo ofrece a la humanidad la verdadera historia de la salvación, la verdadera historia de la libertad de la esclavitud y la consumación de la libertad. El liberalismo pretende que tolera la religión, pero cualquier persona racional puede ver que eso es una mentira. La historia del liberalismo no es más que una parodia triste y cruel de la historia más grande jamás contada: La historia de la salvación del hombre.

Como cristianos, no debemos temer llamar al liberalismo "una parodia cruel y retorcida de la historia cristiana". Son satánicos hasta su mismo centro. Mientras los cristianos se preparan para recibir la Luz del mundo y rechazan a Satanás y su reino de tinieblas, tampoco deben olvidar que los demonios son falsos portadores de luz y progreso, y a eso es lo que rechazan al renunciar a Satanás y sus caminos. Los cristianos ya no pueden avergonzarse ni temer porque la batalla contra la oscuridad es una que se ocupa de la vida misma. Es la batalla por la libertad. Y como cristianos, sabemos dónde se encuentra la verdadera vid de la libertad.

Nota del editor: En la imagen de arriba se ve un retrato de Thomas Hobbes (1588-1679) pintado por John Michael Wright (1617-1694).


Traducido por Cris Yozia

CrisisMagazine




EXHORTAN A SALUD A DIFUNDIR LAS MUERTES POR ABORTO PROVOCADO

En el día de la fecha, el diputado Juan Fernando Brügge (Córdoba Federal) presentó un pedido de informes (expte 1469/2018) para que el Ejecutivo -a través de la cartera de Salud- explique cómo se distribuyen las 43 muertes por “embarazo terminado en aborto” del 2016.

Como es sabido, la cifra que Salud difundió (43) engloba 8 subcausas: 1.Embarazo ectópico, 2. Mola hidatiforme, 3. Otros productos anormales de la concepción, 4. Aborto espontáneo, 5. Aborto médico, 6. Otro aborto, 7. Aborto no especificado y 8. Intento fallido de aborto.

El Ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, ha posicionado la discusión sobre la legalización del aborto, como “un tema de salud pública”, fundándose en la cantidad de muertes de gestantes por aborto provocado. El hecho de que el Ministerio publique una cifra que engloba subcausas -como el embarazo ectópico- que no tienen ningún vínculo con la ley en debate, torna imperiosa su clarificación.

Dice Brügge en los fundamentos “nosotros como legisladores debemos apoyarnos en estas estadísticas para poder lograr leyes que realmente sean útiles al avance en la resolución de cada problemática, pero para ello es menester saber cuáles son las causales de mortalidad materna, de una forma detallada” … “a los fines de poder determinar políticas públicas que resuelvan las distintas problemáticas y poder priorizar orientaciones para ayudar a la embarazada
”.

Cabe esperar que Rubinstein responda, sin evasivas, al informe requerido, ya que sería absurdo que hable de “prioridad sanitaria” sin contar, concretamente, con la cifra en la que se funda; máxime perteneciendo a un Gobierno que ha hecho bandera de la transparencia en las estadísticas oficiales.

NOTIVIDA
Editor: Lic. Mónica del Río



martes, 27 de marzo de 2018

LA RACIONALIZACION DE LOS ABORTOS DE BEBÉS CON SÍNDROME DE DOWN


La semana pasada, el Washington Post presentó un ensayo de la editora Ruth Marcus titulado "Hubiera abortado un feto con Síndrome de Down". Las mujeres necesitan ese derecho". Marcus hace una excepción a la reciente avalancha de leyes estatales que prohíben los abortos elegidos específicamente para acabar con la vida de los niños con síndrome de Down, y al hacerlo, revela mucho sobre las suposiciones que informan las opiniones de nuestra sociedad sobre el tema.

Marcus afirma que "dos tercios de las mujeres estadounidenses eligen el aborto en tales circunstancias", preguntando "¿no es ese el punto inherente de las pruebas prenatales en primer lugar?". Esta pregunta da en el centro del problema en cuestión. Muchas veces son las premisas no dichas de nuestros argumentos las que necesitan más discusión.

Marcus asume que el punto de las pruebas prenatales para enfermedades o anormalidades genéticas es informar a los padres de cualquier anormalidad con el propósito de determinar si el niño vivirá o no (o, como Marcus probablemente lo pondría en la construcción pasiva eufemística demasiado común en nuestras discusiones sobre el aborto, "si el embarazo se llevaría a término"). Pero esto es simplemente una dicotomía falsa.

El argumento de Marcus asume que si un padre nunca consideraría abortar, no tiene sentido realizar pruebas prenatales para estas condiciones. ¿Realmente no puede pensar en otro propósito para tales pruebas? Muchos padres optan por estas pruebas, no para decidir si vivirán o no sus hijos, sino para darse la oportunidad de aprender sobre los efectos de cualquier anomalía descubierta y de prepararse para criar a un niño que vivirá con tales desafíos. El conocimiento obtenido de las pruebas equipa a los padres para dar a sus hijos la mejor vida posible.

Este párrafo fue particularmente revelador del pensamiento de Marcus:

"Ciertamente, ser padre es tomar los riesgos que acompañan a la crianza de los hijos;amas a tu hijo por lo que él es, no por lo que quieres que sea.
Pero aceptar esa verdad esencial es muy diferente a obligar a una mujer a dar a luz a un niño cuya capacidad intelectual se verá afectada, cuyas opciones de vida serán limitadas, cuya salud puede verse comprometida. La mayoría de los niños con síndrome de Down tienen un deterioro cognitivo leve a moderado, lo que significa un cociente intelectual entre 55 y 70 (leve) o entre 35 y 55 (moderado). Esto significa capacidad limitada para la vida independiente y la seguridad financiera; El síndrome de Down altera la vida de toda la familia".

Observemos la lógica que implica su pensamiento: el amor por los propios hijos no está condicionado a los deseos propios de ellos, pero ese amor no necesita preservar la vida de los niños si la calidad de esa vida se considera de alguna manera como deficiente. Por lo tanto, el amor de uno por un niño a veces se expresa acabando con la vida de ese niño. Ella concluye: matar a su hijo puede ser un acto amoroso.

Ahora, sin duda Marcus enmendaría esa afirmación, al menos, para decir que "Terminar con la vida de tu feto para prevenir el sufrimiento puede ser un acto amoroso", ya que esto encaja en el tenor de su artículo. Pero aquí nuevamente vemos que las suposiciones no dichas en cualquier argumento son las más cruciales.

La primera suposición, que de hecho es la bisagra de todo el debate sobre el aborto, es que la vida prenatal es moralmente distinta de la vida posnatal; en otras palabras, que un niño no nacido no tiene el mismo estatus o derechos que un niño nacido. No podemos ensayar todo el debate sobre este punto aquí, pero puede ser suficiente pedirle al lector que considere el siguiente escenario: dos niños son diagnosticados con una anomalía genética que afectará gravemente su salud y la de sus familias. Un niño tiene dos semanas y el otro tiene 38 semanas de gestación. ¿Por qué sería moralmente permisible terminar con la vida de uno pero no del otro?

La segunda suposición toca un tema similarmente profundo: que en un cierto punto de sufrimiento o imperfección, la vida humana no vale la pena vivir. En opinión de Marcus, sería mejor que un niño con Síndrome de Down muriera antes que vivir con sus diversos desafíos.

Este es un excelente ejemplo de una verdad fundamental de la teología moral: el mal nunca se elige por sí mismo, sino siempre bajo el aspecto del bien. En otras palabras, siempre elegimos actos malvados porque nos hemos convencido a nosotros mismos o bien de que no son malvados o bien de que existe una intención o circunstancia primordial que los justifica. Siempre racionalizamos nuestras elecciones.

En este caso, Marcus ha argumentado que el sufrimiento causado por el Síndrome de Down (ya sea al propio niño o a la familia, para quien la situación les "altera la vida") es tan grande que, con la "buena intención" de aliviar el sufrimiento causado por esas circunstancias difíciles, ella elegiría terminar con la vida de ese niño. Esta es la justificación dada para muchos abortos (y es el principal impulsor de la eutanasia también).

Pero ella socava su propio argumento cuando reconoce que "muchas personas con Síndrome de Down viven vidas felices y plenas", y de hecho, los datos respaldan una conclusión más sólida que esta. Un estudio de las autopercepciones de las personas con Síndrome de Down descubrió que "casi el 99 por ciento de las personas con Síndrome de Down indicaron que estaban felices con sus vidas, al 97 por ciento les gusta quienes son y al 96 por ciento les gusta su aspecto ". Otro estudio descubrió que los padres y hermanos de personas con Síndrome de Down consideraban que tener un miembro de su familia con Síndrome de Down añadía felicidad a sus vidas e incluso los hacía mejores personas.

Por lo tanto, cuando nos deshacemos de la racionalización llegamos a la motivación subyacente, que Marcus afirma sin rodeos: "Ese no era el niño que yo quería. Esa no fue la elección que habría hecho". No es que ella piense que es imposible que su hijo o su familia puedan tener una vida feliz y plena si su hijo tiene Síndrome de Down, es simplemente que esa no es la vida que ella elegiría.

En esa forma de ver las cosas, nuestra sociedad se basa en dos principios: la libertad de elección y la evitación del sufrimiento. (Yo diría "la búsqueda del placer", pero la explosión en la adicción a los opiáceos indica lo contrario.) Sin embargo, estamos viendo que estos principios llevan a extremos destructivos. Cuando el derecho del individuo a elegir se vuelve tan sacrosanto como para anular el derecho a vivir de otra persona, y cuando el sufrimiento se vuelve una condición tan insoportable que la gente pide ser sacrificada por la depresión , lo perfecto se ha convertido en el enemigo del bien y la muerte se considera mejor que una vida restringida.

Esta tendencia se opone a las costumbres cristianas tradicionales sobre las cuales se fundó el mundo occidental moderno: que la vida, más que la "elección", es sacrosanta, y que nuestro sufrimiento se hace significativo en la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo. 


Estas dos visiones del mundo viven actualmente en una mezcla incómoda y cada vez más hostil, pero nuestra sociedad eventualmente se enfrentará a una elección: o una combinación de tecnología y moralidad conducirá a un escenario de nuevo mundo de humanos diseñados que viven en un coma inducido, en estado soporífero, ni sufriendo ni viviendo verdaderamente; o sufrirá una revolución espiritual y moral en la que nos daremos cuenta de que, por mucho que tratemos de reinventarnos, hay ciertas cosas tan fundamentales que no pueden borrarse, esas cosas que nos hacen imagen de Dios. Y esas son precisamente las cosas que deberían ser respetadas, veneradas y colocadas en el centro.

Traducido por Cris Yozia

CrisisMagazine